Comenzó a escribir muy joven, casi sin saber que hacía y por desesperación. Fue en la biblioteca de su padre donde descubrió a los clásicos del romanticismo, del siglo de oro o del modernismo. Comienza influenciado por los grandes escritores de la época como Neruda, Vallejo, Miguel Hernández...
Escritor argentino que se encuentra en la madurez de su vida y de su escritura, dice que empezó a escribir por curiosidad y desesperación, y que ahora lo hace por destino. En el trayecto se preocupó casi obsesivamente por pulir el oficio, por superar la etapa de tanteo y delinear su propia personalidad. Sylvester es hoy un hombre que se entrega con talento... en cada frase, en cada verso. Escribe lejos de las obviedades y de la celebración, cerca del drama y de la reflexión. Escribe poesía capaz de cargar con una realidad asfixiante.
Sostiene que hoy por hoy, la poesía es sobre todo una reserva de la intimidad, por eso sus preocupaciones a la hora de escribir poesía son sobre la existencia, más que sobre la esencia. El arte se ha convertido en una forma de proteger la mirada personal en un mundo con unas relaciones humanas cada vez menos personalizadas y más mediatizadas por los medios de comunicación y las características de la vida de las grandes ciudades. Por ello la poesía es una reserva, un refugio de la intimidad, y ha abandonado el tono y los contenidos heroicos, de tesis o de denuncia que tuvo en otros tiempos.
Sylvester cuenta en sus poesías una versión del mundo, este se encuentra en un proceso de disolución. Hombres y mujeres se adentran en la ciudad, a través de esos ojos reflexionan e indagan sobre todo lo que ven. Utiliza una cafetería como símbolo de ese entrar y salir de personas.
El tiempo es otro tema de preocupación, el reloj de pared simboliza que ese proceso de disolución del mundo está apunto de agotarse, sólo falta saber cuando esa puerta se abre o se cierra; por eso dice que lo que conocemos del futuro es el presente. Libro de Viaje es una irrupción, es una sentencia sobre el tiempo.
Leyendo sus poesías podemos deducir que para él, la vida siempre es corta, y la única consecuencia es la muerte. Desperdiciar un día supone el peligro de necesitarlo después. La vida es un ciclo donde unos mueren para que vivan otros. Como dice Sylvester en sus versos, “después de la muerte, ya no existe la vida”.
Sobre el amor nos viene a decir que lo menos importa es donde nace, lo más importante es el momento, se trata de un instante que no dura al aire libre. Nace en cualquier parte, pero no prospera, es una ilusión bucólica, busca sobretodo la armonía pero si nos descuidamos ese momento muere por falta de necesidad.
A Sylvester le interesa la realidad real, realidad es lo que se ve, lo que se vive o lo que uno se imagina. De modo que la vinculación entre poesía y realidad, aunque inevitable, es inestable e incierta, porque con ninguno de estos términos se sabe bien de qué se está hablando.
Escritor argentino que se encuentra en la madurez de su vida y de su escritura, dice que empezó a escribir por curiosidad y desesperación, y que ahora lo hace por destino. En el trayecto se preocupó casi obsesivamente por pulir el oficio, por superar la etapa de tanteo y delinear su propia personalidad. Sylvester es hoy un hombre que se entrega con talento... en cada frase, en cada verso. Escribe lejos de las obviedades y de la celebración, cerca del drama y de la reflexión. Escribe poesía capaz de cargar con una realidad asfixiante.
Sostiene que hoy por hoy, la poesía es sobre todo una reserva de la intimidad, por eso sus preocupaciones a la hora de escribir poesía son sobre la existencia, más que sobre la esencia. El arte se ha convertido en una forma de proteger la mirada personal en un mundo con unas relaciones humanas cada vez menos personalizadas y más mediatizadas por los medios de comunicación y las características de la vida de las grandes ciudades. Por ello la poesía es una reserva, un refugio de la intimidad, y ha abandonado el tono y los contenidos heroicos, de tesis o de denuncia que tuvo en otros tiempos.
Sylvester cuenta en sus poesías una versión del mundo, este se encuentra en un proceso de disolución. Hombres y mujeres se adentran en la ciudad, a través de esos ojos reflexionan e indagan sobre todo lo que ven. Utiliza una cafetería como símbolo de ese entrar y salir de personas.
El tiempo es otro tema de preocupación, el reloj de pared simboliza que ese proceso de disolución del mundo está apunto de agotarse, sólo falta saber cuando esa puerta se abre o se cierra; por eso dice que lo que conocemos del futuro es el presente. Libro de Viaje es una irrupción, es una sentencia sobre el tiempo.
Leyendo sus poesías podemos deducir que para él, la vida siempre es corta, y la única consecuencia es la muerte. Desperdiciar un día supone el peligro de necesitarlo después. La vida es un ciclo donde unos mueren para que vivan otros. Como dice Sylvester en sus versos, “después de la muerte, ya no existe la vida”.
Sobre el amor nos viene a decir que lo menos importa es donde nace, lo más importante es el momento, se trata de un instante que no dura al aire libre. Nace en cualquier parte, pero no prospera, es una ilusión bucólica, busca sobretodo la armonía pero si nos descuidamos ese momento muere por falta de necesidad.
A Sylvester le interesa la realidad real, realidad es lo que se ve, lo que se vive o lo que uno se imagina. De modo que la vinculación entre poesía y realidad, aunque inevitable, es inestable e incierta, porque con ninguno de estos términos se sabe bien de qué se está hablando.
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