20 enero 2007

ÚLTIMAS NOTICIAS SOBRE PERIODISMO, FURIO COLOMBO


UN MANUAL QUE VERSA SOBRE EL PERIODISMO INTERNACIONAL

Furio Colombo analiza los problemas que aquejan al periodismo de finales del siglo XX. Podría considerarse el libro como un manual sobre periodismo internacional, pero de internacional, en mi opinión, tiene más bien poco porque se centra principalmente en dos países, Italia y EEUU, obviando al periodismo de otros países, tanto o igual de importante que el de éstos. La admiración de Furio Colombo por el periodismo norteamericano es palpable al destacar la imparcialidad de la CNN durante la Guerra del Golfo. Las noticias internacionales han perdido su claridad por el posible debilitamiento de las relaciones a nivel mundial que mantienen la mayoría de los países y por el dominio de unas fuentes (agencias de noticias) sobre otras. Un reflejo de esto es el caso de la empresa comunicacional americana CNN, que al operar con otras grandes y pequeñas cadenas de distribución de noticias, comparten un rasgo común, algo que las hace homogéneas y extienden su eficacia en comparación con cualquier otra fuente informativa independiente del sistema dominante.

En los capítulos centrales de Últimas noticias sobre periodismo, evita las reflexiones elevadas y se dedica a examinar en profundidad los aspectos prácticos del trabajo del periodista, cómo nacen y cómo mueren las noticias. Furio Colombo viene a decir que no todas las noticias que tendrían que nacer nacen, no todas las que nacen están en relación directa con la necesidad y el deber de informar. De hecho, muchas noticias llegan al público sin una paternidad, sin que se conozca su fuente y son difundidas por casualidad o voluntariamente sin que el periodista sepa si está redistribuyendo un mensaje y de parte de quién. Otro tipo de noticias son aquellas que después de haber provocado interés, estupor, pánico o difamación, simplemente desaparecen. Otras pasan a ser cíclicas, reaparecen de vez en cuando; y también las hay que permanecen en suspenso, sin un final.

La utilización de hechos como materiales para construir catedrales de verdad es una ilusión, el proyecto de construir los diarios acumulando grandes cantidades de opiniones ajenas lleva a la pérdida de la credibilidad y al final del periodismo. Sólo queda el recorrido honesto y testarudo de los hechos verificados con independencia, utilizando las fuentes, por muy autorizadas que sean, solo como uno de los posibles materiales de construcción de la noticia.

En la parte final del libro realiza unas predicciones sobre los medios de comunicación en el futuro, es reseñable decir que estamos siendo testigos del triunfo arrollador de la televisión interactiva. Por otro lado, de Internet habla lo justo para demostrar que no tiene demasiada información sobre lo que el futuro va a deparar al periodismo del siglo XXI y a las nuevas tecnologías.

14 enero 2007

Los límites de la intervención estatal


El papel que juega el Estado a la hora de intervenir en los asuntos de los ciudadanos es motivo de discusión. Muchas son las situaciones donde el Estado interviene en el comportamiento humano, y llegado a esa situación intenta modificarlo, con el único fin de proteger al individuo de sus propias decisiones.

Existen algunos casos donde la intervención está justificada, cuando la persona sobre la que se interviene no se ha formado. Pero los motivos siempre acarrean una serie de disputas, y el intervencionismo siempre conlleva polémica.

La misión del Estado debe ser de vigilancia, mantenerse al margen y sólo intervenir cuando el individuo que forma parte de la sociedad pueda perjudicar de forma directa o indirecta al resto de los ciudadanos, motivo por el cual sí está justificada la intervención estatal.

Se ha considerado que el Estado sólo puede intervenir en los asuntos referentes a la ética pública, esto es, aquellos aspectos que regulan la convivencia en la población. Pero aquellos aspectos que pertenecen a la ética privada de cada individuo y no interfieren en la comunidad deben quedar reservados a la conciencia de cada persona, a su manera de ver la vida y de vivirla. Puesto que el principio de toda sociedad democrática debería ser convive y deja vivir.

Algunos piensan, es el caso de Mill, que el intervencionismo del Estado no se debe llevar a la práctica, el único intervencionismo que se debería consentir sería el económico.

La prostitución es un tema que siempre está encima de la mesa, en mi opinión, el Estado siempre debe intervenir para erradicar las mafias o tratas de blancas que obligan a las mujeres a prostituirse. Además, debe facilitar a este sector las medidas sociales oportunas para su integración, así como sanitarias, psicológicas, de seguridad en caso de denuncias a sus captores, etc.

El problema radica en que los diferentes gobiernos se centran en la intervención policial y no se plantean una regularización que podría acabar con este problema. El negocio de la prostitución mueve mucho dinero al no estar regulada ni controlada por el Estado, motivo por el cual no estaría de más la intervención del Estado para solucionar este problema que dura ya muchos siglos.

Independientemente de lo que cada uno piense sobre la prostitución, hay que analizar el papel que tiene el Estado, con el fin de preservar la salud pública, y exigir el registro de las mujeres y hombres que se dedican al sexo de pago. De esta manera se tendría controlado el estado salud de los que ejerzan esta profesión.

Pero esta visión intervencionista del Estado tiene sus detractores porque vulnera el derecho a la libertad e intimidad. También, plantea la cuestión, si practicar la prostitución perjudica a terceras personas o a la moral pública.

Por otro lado, tenemos el caso de los matrimonios entre parejas del mismo sexo, la aprobación en España de la ley que regula los matrimonios entre homosexuales, el 30 de junio del 2005, ha levantado mucha polémica. La intervención estatal en este asunto ha dividido a dos partes, la ley aprobada por José Luis Rodríguez Zapatero ha contado con el rechazo frontal de diversos sectores, entre ellos el PP y la Iglesia.

Se trata de un tema controvertido, sobre todo en lo que se refiere a su forma, en mi opinión es positivo que el Estado intervenga mediante una ley favorable a los matrimonios entre parejas del mismo sexo. Creo que ello favorece uno de los derechos fundamentales del individuo, se trata de la igualdad y la libertad que tiene cada sujeto para decidir su forma de vida, con independencia de su tendencia sexual. Solo considerar como legal los matrimonios entre parejas heterosexuales viene a ser discriminatorio para el resto de personas que no pertenezcan a este grupo de la sociedad, y que por el mero hecho de no ser heterosexual no les da derecho a casarse y tener unos lazos de unión que sean legítimos ante la ley. En mi opinión, una de las principales misiones de la intervención del Estado en este caso concreto, es establecer unas bases de igualdad entre los individuos, con independencia de su condición sexual, por ello creo justificada la ley aprobada por el gobierno, a pesar de la fuerte oposición por parte de cierto sector de la sociedad.

Por otro lado, otro punto de desunión tiene que ver con el aprobado el 1 de enero del 2006, cuando en España entra en vigor la Ley Antitabaco, con ella se prohíbe fumar en todos los puestos de trabajo, la medida ha levantado mucha humareda. El Estado con esta medida pretende conseguir que los fumadores dejen el tabaco, así como que los no fumadores no se vean perjudicados por el humo y los perjuicios dañinos que este provoca. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año fallecen en el mundo cinco millones de personas como consecuencia del tabaco; como consecuencias del tabaco, el Estado gasta muchos millones de euros al año en Sanidad para cubrir sus daños.

Desde mi punto de vista creo excesiva la medida, ya que al prohibir fumar en centros de trabajo, indirectamente está perjudicando a los fumadores, creo que se les debería habilitar una zona para ellos y en ningún caso crear una persecución exagerada. Desde una perspectiva moralista, la medida legal de prohibir supone una postura drástica e impositiva.

Existe otra postura más paternalista y que aplica el Estado, el cual se preocupa por el bienestar y la salud de los fumadores, el Estado interviene con una ley que prohíbe fumar, y con esta medida mira por una mejor calidad de vida de los fumadores.

En definitiva, vivimos en una sociedad liberal en la que se supone que el Estado interviene mínimamente en nuestras vidas. Sin embargo, resulta curioso comprobar como las leyes velan por nuestra moral y nuestra salud de forma encubierta. Tanto las medidas paternalistas como las moralistas están presentes en nuestras vidas pero, ¿realmente depende del Estado decidir lo que es mejor para nosotros?, ¿está realmente coartada nuestra libertad cuando nos prohíben fumar, conducir sin el cinturón de seguridad puesto?

En conclusión, la intervención estatal tiene un objetivo final de defensa y protección del individuo, veo justo y acertado las leyes que permiten las bodas entre homosexuales, así como la ley antitabaco, en estos casos, creo que no se vulneran los derechos de las personas. Así como todos empezamos a aceptar que llevar el cinturón de seguridad o el casco en moto es obligatorio, deberían empezar a tomarse medidas en los temas relacionados con la prostitución o el mismo boxeo, temas también muy delicados y de difícil consenso.

06 enero 2007

UN LIBRO DE CRÓNICAS PERIODÍSTICAS Y DE REFLEXIONES DEL GRAN REPORTERO POLACO


EL MUNDO DE HOY, DE RYSZARD KAPUSCINSKI
El gurú del periodismo internacional, es decir, Kapuscinski. Este escritor polaco es uno de los escritores punteros dentro de los reporteros de guerra. Su habilidad para desenvolverse en conflictos armados y su conocimiento sobre éstos le ha salvado la vida en muchos momentos. Como el mismo ha manifestado en algunas ocasiones, más que el periodismo o cualquier otra actividad, “lo que a mí me gusta es escribir por encima de todo”. Mirando hacia atrás (sin ira) es un capítulo autobiográfico dentro de El Mundo de Hoy que ayuda a conocer a Kapuscinski de primera mano. En esta primera parte del libro nos describe la labor del corresponsal, “lo más importante es estar en el lugar donde transcurren los hechos”. ¿Qué periodista alguna vez no ha soñado con estar presente en un conflicto bélico y mostrar al mundo todo lo que allí está ocurriendo? Ninguna guerra es justa, y como bien sentencia en El Mundo de Hoy Kapuscinski, “en la guerra no hay vencedores ni vencidos, pierden todos”.

Se trata de un libro muy reflexivo donde recoge una serie de collage de textos y de libros, además de entrevistas, conferencias, ensayos. En ellos nos muestra su visión del mundo, cómo ha evolucionado la caída del comunismo en Europa. Al mismo tiempo se descubre ante el nuevo tipo de guerra que hoy en día se produce en cualquier parte del mundo. “En la I Guerra Mundial por cada siete soldados moría un civil, hoy, por cada soldado abatido mueren siete u ocho civiles”. También toca temas de actualidad, los problemas de la globalización, en su opinión, el problema viene provocado por la supremacía de EEUU en el ámbito económico. La globalización es una aspiración a hacerse con mercados donde colocar productos propios, “los ricos son cada vez más ricos, y los pobres cada vez más pobres”. Para Kapuscinski, Occidente sólo se preocupa del resto cuando cree que de aquella dirección puede venirle la amenaza. Esto enlaza con las tesis sobre el choque de civilizaciones que expone Huntington. Éste no plantea el mundo a través del prisma de países o estados, sino como un problema de civilizaciones. En la actualidad, EEUU solamente tendría la amenaza de dos potencias: China y el Islam. De ahí el miedo americano tras los atentados del 11-S. Este miedo despertó la necesidad y el afán de reflexionar acerca del estado del mundo. En opinión de Kapuscinski, “no es necesario a día de hoy grandes guerras entres estados, esto ha sido sustituido por el miedo ante la falta de seguridad”.

Asimismo, el periodista-analista muestra un gran conocimiento sobre África, Europa, América latina o el Islam. El mundo está concebido en torno a dos grandes concepciones: este y oeste, bloques democráticos y dictadura, en definitiva, ricos y pobres. En planeta está compuesto por 6.000 millones de seres humanos, y salvo un 20%, el resto de seres humanos vive en la pobreza. El problema es que no hay nadie capaz de hacer un reparto justo entre ambos polos. Los países capitalistas gobiernan el mundo a sus anchas, y sólo existe lo que a ellos les interesa. Todo el mundo escuchó hablar sobre la guerra de Irak, pero, ¿por qué no sale a la palestra el resto de conflictos armados en el mundo? Kapuscinski deja un dato evidente, “en el mundo hay 72 conflictos armados”. ¿Alguien está haciendo algo por solucionarlo?

01 enero 2007

San Silvestre 2006: Bendita diversión


San Silvestre fue Papa durante 21 años, del 314 al 335. Pasó a la historia por instituir el domingo de Resurrección, y por celebrar el primer Concilio Ecuménico de Nicea, donde se formuló el “Credo”. No se equivoquen, no voy a escribir sobre la historia de la religión ni pretendo evangelizar al mundo. El nombre de este Papa va más allá, es el nombre de la mejor carrera que se disputa en España, y para colmo se llama San Silvestre Vallecana, alguien da más.

Pues sí, este año tocó correrla, uno que se precia de haber sido atleta en sus años mozo no podía dejar escapar la oportunidad de correrla, eso sí, a nivel popular, que ganar a Tadesse o Kipchoge, de momento no entra entre mis planes. Correr el último día del año, con frío, 20.000 atletas a tu lado y sabedor de que después de acabar los 10km no vas a poder moverte del sillón es uno de los mayores placeres que puede tener un deportista y un amante del atletismo, por algo dicen, que los atletas estamos hecho de otra pasta y necesitamos nuestra droga: correr hasta la meta.

La organización modificó este año el recorrido y se salió desde Concha Espina. Los momentos previos al pistoletazo de salida son simplemente espectaculares, al ambiente navideño, risas, botes de júbilo, cánticos, se suma el resplandor fosforescente de 20.000camisetas amarillas dispuestas a desfilar por las calles de la capital. La lluvia de camisetas por el cielo es la última moda, si literalmente, antes de la salida, la última prenda que mantiene el calor en el cuerpo de los atletas vuela por las cabezas de la gente. Made in Spain.

La salida en dos tandas pretende evitar las aglomeraciones, me tocó salir con el vagón de cola al ser mi primera participación. Después de 6 minutos de espera tras la salida, tocó el comienzo de la carrera. El primer kilómetro es de nervios, prácticamente no se puede correr, y el objetivo es sortear al resto de atletas y evitar las caídas. El paisaje es absolutamente “embriagador”, el amarillo inunda el asfalto, mirar adelante es pensar que vas el último, pero si miras atrás es peor todavía, si te paras o caes te van a devorar los miles y miles de atletas que siguen detrás de ti.

A partir de la calle Serrano se empieza a coger el ritmo, las calles amplias permiten correr con comodidad pero los adelantamientos son en zigzag, todo un reto para el que lo intenta. La animación desde las aceras es algo que pone el vello de punta, el público y su aliento te llevan en volandas. Nos acercamos a Cibeles y un grupo de música, desde su escenario anima con sus letras a los sufridores corredores. Se empieza a notar el cansancio y las piernas empiezan a pesar y todavía no se cruzó el ecuador de la prueba.

Poco después llegamos a Paseo del Prado, aquellos que llevamos un ritmo constante empezamos a recoger “cadáveres”, aquellos que por la emoción salieron a un ritmo demasiado elevado. Pasamos la mitad de la prueba, por Atocha, el cansancio se nota, pero la adrenalina vuelve a subir al observar el cálido recibimiento de la gente, que con sus aplausos te obliga a no parar y seguir sufriendo hasta alcanzar la meta.

La larga recta de la avenida de Ciudad de Barcelona se hace interminable, la carretera se estrecha por la cantidad de gente que se agolpa al lado de la misma. Mejor correr por el lateral, se puede ir más rápido pero también te expones a que te vuelen la cabeza, son riesgos que se toman con gusto porque así se nota más cerca el aliento de la gente y te puedes exprimir hasta el límite.

Llegamos al Puente de Vallecas, 8 km. Ahora llega lo peor, la carretera se empina hacia arriba, pican las piernas y la cabeza mira al asfalto buscando el auxilio de la llegada, se hace interminable esa subida. El dolor de rodillas que llevo desde el tercer kilómetro se acentúa en la subida, pero el objetivo está más cerca. En Portazgo, la búsqueda del km 9 se hace interminable, nunca llega, nos preguntamos si nos lo habremos pasado sin darnos cuenta, pero no, las fuerzas están al límite, y el último kilómetro se hace derogar.

Al fin se otea el portón que indica que sólo faltan 1000 metros. Al igual que al comienzo, la carretera se vuelve a estrechar y prácticamente se forma un embudo que hace imposible el correr, el ritmo se baja involuntariamente, y los adelantamientos se hacen casi imposibles. Prácticamente no queda nada, nos acercamos a la calle Candilejas, pero antes de cruzar la meta nos encontramos un último regalo, una subida que se me hace más dura que el Tourmalet en el Tour de Francia para los ciclistas. Por fortuna, la supero como buenamente puedo, y al girar la curva deslumbro las luces de la meta, al fin, pisas la alfombra roja, miras al crono y miras a tu alrededor buscando una mirada que te dé su aprobación y felicitación por haberlo conseguido.

He corrido muchas carreras por toda España, incluso campeonatos de España de 10 y 20 km, pero en ninguno vi tanta emoción como en esta prueba. El tiempo y el puesto es lo de menos, pero para el recuerdo quedarán que tardé 46 minutos en cruzar la meta, que llegué en el puesto 2942, pero no importa, yo estuve allí y lo podré contar para los restos. San Silvestre, te veo de nuevo dentro de un año, yo repetiré y tú, ¿te apuntas?